LAS ENDORFINAS Y NUESTRA FELICIDAD.

11.01.2019

INTRODUCCIÓN

Si eres "runner" habrás experimentado la sensación de estar haciendo carrera continua y dejar atrás la sensación de cansancio, y a medida que pasa el tiempo, notas como te salen alas de tus pies y el dolor derivado del esfuerzo desparece en cuestión de minutos y te sientes genial, te sientes que te vas a comer el mundo a la vez que disfrutas de tu actividad.

Cris, la novia de Carlos, se encontraba tendida de espaldas mientras todavía notaba el palpitar de su cuerpo después de un fuerte orgasmo. Si le hubiésemos podido preguntar sobre su sensación de placer la respuesta sería un tanto confusa: lo realmente satisfactorio no se podía concretar en la propia actividad sexual, ni siquiera en el orgasmo, sino en la sensación posterior que fue parecido a una lluvia de placer que asumía su cuerpo progresivamente y parecía hacerle cosquillas en la piel.

Estoy seguro de que alguna vez has experimentado una sensación parecida a las dos anteriores. ¿Y la comida qué? Quizás en menor escala pero no menos importante, en la actividad de comer todos hemos vivido ese momento deseado de poner en contacto con las papilas gustativas ese alimento que nos provoca escalofríos de placer y que nos hace salivar solo por mirarlo. Ese manjar que te hace disfrutar como un niño pequeño, con momentos de silencio breves pero intensos y "mmmmmm", ¡Ohh que bueno esta!, mientras cierras los ojos del placer.

Quizás el salir a hacer un deporte que te gusta, estar intimando con la persona que compartirías el resto de tus días y comer algo que te encanta, está un poco subestimado a día de hoy.

Vamos a verlo...

LA ENDORFINA


¿Quién no es adicto a las cosquillitas en la espalda? Pocos diréis: ¡Yo no!

Tal vez tengas un amigo que no sale del gimnasio o que no puede dejar pasar un solo día sin ir a correr o ir en bici. Habrás visto gente que recorre cientos de km, viaja, ahorra y planifica sus vacaciones para hacer una ultra, una spartan race, una carrera de btt o el camino de Santiago

Ahora analicemos la palabra droga por un momento, que esto se pone serio. Droga: "sustancia o actividad que modifique el temperamento y cause dependencia física y psíquica". Entonces... ¿Podríamos decir que una persona que quiere hacer ejercicio todo el tiempo, que esta de mal humor si no lo hace, que afirma sentirse "liberado" después de hacer ejercicio pesado, se está drogando con la actividad física?

Las endorfinas pueden considerarse como nuestras drogas de uso particular. A través de la comida o de ciertos tipos de ejercicio físico podemos aprender a identificar estas sensaciones y favorecer sus secreciones.

¿Qué son las endorfinas?

Las endorfinas se denominan a cualquiera de las sustancias pertenecientes a un grupo de proteínas opiáceas con propiedades analgésicas y reguladoras del placer que se encuentran, de manera natural, en nuestro cuerpo. Sí, damas y caballeros nuestro cuerpo segrega placer, alegría y felicidad, si queremos. Os suena la canción... "La felicidad, toda la vida buscándola...". Además estas substancias alivian el dolor como sólo pueden hacerlo los opiáceos como la morfina, la heroína y la codeína. Sin embargo, las endorfinas no tienen los efectos secundarios que acarrean estas drogas al sistema nervioso.

Son muchas las actividades en que las segregamos: un beso, un abrazo, una melodía que nos llena de placer y eriza el vello de nuestra piel. En ocasiones el dolor también actúa como factor detonante de su secreción, a modo de analgésico natural.

Los motivos por los que somos capaces de sentir placer son tan numerosos como el número de seres humanos sobre la Tierra, además es totalmente personal: el pasear por la calle a altas horas de la noche en soledad produce placer a unos, mientras que otros lo encuentran al estar en una de las calles más abarrotadas de Barcelona.

Reconocer esas situaciones va a ser una de las claves para construir una vida feliz

¿Cómo sabemos si algo nos produce endorfinas?

Frente a sucesos o experiencias que nos agradan, la liberación de opiáceos propios nos va a proporcionar una sensación de inmenso placer, lo que, obviamente, favorecerá la tendencia a repetir dicho acto.

En psicología se denomina refuerzo positivo:

Refuerzo positivo: generado por una sensación posterior a un acontecimiento que es beneficioso para nuestra supervivencia y refuerza la conducta dirigida a repetirla. (Acto sexual siempre que proporcione placer, ciertos alimentos, masajes, actividad deportiva satisfactoria, etc.)

Por lo contrario tenemos lo que se denomina refuerzo negativo:

Generado por una sensación posterior a un acontecimiento que NO es beneficioso para nuestra supervivencia y que busca la NO repetición del acto originado. No existe secreción endorfínica o ésta se produce en cantidades muy inferiores a las esperadas.

Lo agradable se quiere, y se debe repetir 

EL PLACER

de un

buen

capricho...

La bienvenida a la vida

En el mismo momento de nacer una verdadera catarata de endorfinas inunda el cuerpo de nuestra madre. Horas después, esta sustancia que nos llena de placer fluye dentro de nuestro propio cuerpo a través de la leche materna, iniciando un descubrimiento del placer que nos marcará y también un fuerte proceso de dependencia que no nos abandonará el resto de nuestras vidas. De esta manera vamos deslizándonos de un momento placentero a otro similar. Así toda la vida. Porque a todo el mundo le gusta hacer cosas que le gusta hacer, y las repetiría innumerables veces.

Los bebés

La lactancia, fundamental para la supervivencia de todos los mamíferos, es un ejemplo único de los mecanismos de recompensa. Cuando la madre amamanta a su criatura las endorfinas comienzan a elevarse hasta alcanzar sus cotas máximas hacia los veinte minutos. Estas mismas sustancias pasan a través de la leche hasta el bebé, que de esta manera, también se ve recompensado hasta casi alcanzar el éxtasis de placer.

Es de vital importancia promover dichas percepciones en la fase en que nuestros hijos son sólo unos bebés. Una forma de hacerlo es con el masaje nocturno. Masajeando al niño con los dedos desde los hombros a la cintura y acariciando la piel de sus manos. Es excepcionalmente agradable realizar este masaje a nuestro hijo, sobre todo antes de irse a dormir por la noche. Está comprobado que el masaje nocturno calma la ansiedad y aquellos niños que lo reciben duermen más horas y con un sueño de mejor calidad.

Este mismo mecanismo es el que potencia la producción de endorfinas en el cerebro, motivo por el cual, posando la palma de la mano sobre el vientre dolorido del niño se atenúan las molestias e, incluso, pueden llegar a desaparecer.

La risa

Son numerosos los estudios que demuestran la positiva influencia de la risa, entre ellos podríamos destacar su favorable papel sobre el sistema inmunitario aumentando la actividad de las células T, las que se dedican a defendernos de agentes externos como virus o bacterias, así como de las células cancerosas. Asimismo, aumentan los niveles de gammaglobulinas, unas sustancias que estimulan el sistema inmune. Son precisamente los estadios contrarios a la alegría y la risa, particularmente la depresión, los que provocan la disminución de estas sustancias.

Las endorfinas están enormemente ligadas a nuestras experiencias más gratificantes ya que refuerzan muchas de éstas para que, cada vez que las repitamos, sean tan gratificantes como la primera vez

Las relaciones humanas

No podemos comprender las relaciones humanas, en general, sin tomar en consideración el vínculo primitivo con las primeras personas que nos proporcionan placer.

Como muestra, en el caso del sexo, cada orgasmo nos llena de endorfinas que nos provocan esa sensación de relax después de tener una relación sexual. Este acto de copular es también necesario para la supervivencia de la especie. Algunos mamíferos, como los roedores en particular, llegan a elevar sus niveles de endorfinas hasta ochenta veces su valor normal con posterioridad a la eyaculación.

La recompensa por intentar reproducirnos no es otra cosa que una intensa sensación placentera. Entre los humanos, las secreciones endorfínicas pueden alcanzar tales niveles elevados que ciertas personas que sufren de dolores de cabeza en forma de migrañas llegan a tener relaciones sexuales con el único propósito de que las endorfinas actúen como remedio natural para su dolencia.

El dolor y las endorfinas

Hablemos de la estrecha relación que tiene el dolor con las endorfinas, motivo por el que me visitáis muchos de vosotros.

El dolor es una sensación corporal sobre la que más influyen los factores emocionales en relación con las endorfinas. Su intensidad dependerá de la situación psicológica que tengamos cuando comience el dolor.

Ante una buena disposición psicológica (cargada de endorfinas), la sensación de dolor disminuye notablemente hasta poder erradicar. Salir a correr para quitar un dolor de cabeza, o mediante el acto sexual.

Por lo contrario, también podríamos convertir lo que debería ser una simple molestia en una sensación de malestar de muchísima intensidad. En estados depresivos (bajos de endorfinas), disminuyen este tipo de sustancias neurotransmisoras haciéndonos más sensibles al dolor durante este estado psicológico.

La bienvenida a la muerte

En nuestros últimos momentos vitales, parece como si la madre naturaleza se acordase de nosotros para hacer que nuestras sensaciones sean lo más placenteras posibles. Numerosos estudios nos dicen que grandes secreciones de endorfinas nos acompañan en esa transición hacia un desconocido "más allá". Los niveles de opiáceos producidos por nosotros mismos son tan elevados que, en numerosas ocasiones, nos acortan la vida a cambio de no hacérnoslo pasar tan mal.


CONCLUSIONES

  • Las endorfinas representan nuestro sistema de recompensa frente a multitud de conductas y actividades de la vida diaria.
  • Saber que existen estas substancias que las podemos segregar, debería hacernos pensar en el balance entre refuerzos positivos y refuerzos negativos diarios. A partir de ahí con calma y constancia construir una vida de hábitos saludables, que es lo mismo llamarlo por hábitos endorfínicos. Serás inmensamente más feliz.
  • El tabaco y otras drogas, somos conscientes que NO son buenos para nuestra salud. Estas nos provocan también una reacción placentera con efectos perjudiciales para nuestro cuerpo. Al final estamos hablando de un refuerzo negativo para nuestra existencia, pero que nos produce placer. Tú escoges el pagar ese precio.
  • Una vez que se hayan sentado las bases en nuestro cerebro para segregar endorfinas, tendremos una mejor percepción del mundo que nos rodea. La vida, nuestra única forma de percibir lo que, comúnmente, llamamos "realidad" se encontrará impregnada de sustancias que la harán más atractiva. En ese instante iremos cogidos de la mano de existencia y placer.
  • Estamos rodeados de hábitos, alimentos, actividades que nos atraen por un resultado placentero. Con este artículo quiero concienciaros de que no todo lo que reluce es oro. No todo lo que provoca un placer es bueno para nuestra salud y supervivencia.
  • El poder de las endorfinas es espectacular, y podemos multiplicar la cantidad en nuestro cuerpo si decidimos centrarnos en hábitos saludables que no tienen porque ser aburridos.
  • Reconocer qué te hace segregar esta substancia puede ayudarte en momentos cabizbajos. Una pareja que convive el día a día es normal que discutan, choquen, se enfaden, y se chillen a veces. Una manera de solucionarlo es hacer algo juntos que, pactado anteriormente, ayude a normalizar la agitación post encontronazo.
  • Yo particularmente siempre que he tenido dolores de cabeza o musculares, he usado como remedio algo que me gusta hacer, como trotar por la preciosidad de pueblo que tenemos en Begues. Así llevo años ahorrándome los fármacos, menos cuando han sido casos muy muy graves.
  • Actividades deportivas, masaje, beso, abrazo, dormir, reír, comer, el sexo. A la gran mayoría de las personas nos gustan unas cosas ya predeterminadas por naturaleza. Segregámos endorfinas con ellas. Es la recompensa que obtiene el ser humano por hacer cosas que le benefician y/o que son realizadas para su posible supervivencia. Un automatismo que se rige en el subconsciente, como una sonrisa después de haber sufrido 10km a alto ritmo corriendo, es el claro ejemplo.
  • A veces la sociedad nos reprime de situaciones que sabemos que nos producirá placer (endorfinas). Ej: en una boda comes los canapés de uno en uno por educación, cuando por placer los comerías sin que hubiera un mañana porque es algo que te pierde. En el caso que el factor social te acompañe, no hay problema. Ej: un concierto de Beyoncé, que estas rodeado de miles de personas que van a disfrutar de lo mismo que tú.

  • Navarro C, Núñez M. El poder de las endorfinas. Barcelona: Manuales Integral; 2000.
  • Gaona J. Endorfinas, las hormonas de la felicidad. La esfera del los libros; 2007:11-32.
  • Sánchez Herrera B. Abordajes teóricos para comprender el dolor humano. Revista Aquichan. 2003;(3):32-41.
© 2021 Adrià Moreno. Fisioterapeuta para rehabilitar, mantener y mejorar el cuerpo. Begues, Barcelona 08859. Número de fisioterapeuta colegiado 13885
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